Lucas 21, 5-11: “En aquel tiempo,como algunos estaban hablando del Templo, con sus hermosas piedras y los adornos que le habían sido regalados, Jesús les dijo: «Mírenlo bien, porque llegarán días en que todo eso será arrasado y no quedará piedra sobre piedra.» Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso, y qué señales habrá antes de que ocurran esas cosas?» Jesús contestó: «Estén sobre aviso y no se dejen engañar; porque muchos usurparán mi nombre y dirán: Yo soy el Mesías, el tiempo está cerca. No los sigan. No se asusten si oyen hablar de guerras y disturbios, porque estas cosas tienen que ocurrir primero, pero el fin no llegará tan de inmediato.» Entonces Jesús les dijo: «Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. Habrá grandes terremotos, pestes y hambre en diversos lugares. Se verán también cosas espantosas y señales terribles en el cielo”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
La Iglesia universal, celebra la fiesta entre otros santos, en honor a Santa Catalina Labouré, es la celebre vidente de la medalla de la Virgen Milagrosa, humilde y silenciosa, nadie supo de ella hasta un año después de su muerte.
Y el Evangelio de hoy está tomado de Lucas capítulo 21, versos 5 al 11. El texto nos relata otra puntada del discurso apocalíptico presente en este Evangelio, y es un respuesta a la apreciación que algunos hacían de la magnificencia del Templo, Jesús anuncia que toda ese esplendor desaparecerá. Y luego surge la pregunta sobre el cuando, hecha con un ribete de curiosidad, esperando una respuesta al estilo de una crónica, con sus etapas cronológicas. Pero los horizontes se amplían con las respuestas magistrales que el Maestro da a sus interlocutores y que Lucas las sabe actualizar utilizando ese género literario tan misterioso como es la escatología.
Importante es destacar que Lucas quiere de alguna manera guiar por el sendero correcto a los cristianos de su tiempo, ya que para las primeras comunidades cristianas la destrucción del Templo, iba enlazado estrechamente con el retorno glorioso de Cristo, la esperada Parusía, sin embargo para esto no hay fecha fija, solo la sabe Dios y por eso es que denuncia la aparición de los falsos mesías que queriendo usurpar el nombre de Jesús, anuncian el fin del mundo.
A los cristianos de todos los tiempos y nosotros no somos la exención, este texto nos confronta grandemente ya que describe acontecimientos calamitosos que a lo largo de la historia de la humanidad siempre han estados presentes y latentes. Porque las guerras, la explotación del hombre por el hombre, los desastres naturales son signos indescifrables, que en muchos casos ponen a tambalear nuestra fe.
Pero es ese momento cuando cobra mayor importancia el saber que ese Ser Trascendente que lo ha creado todo por Amor, nunca nos dejará solos a merced de nuestras miserias humanas, ni de las inclemencias climatológicas, sino que quiere que siempre tengamos la serenidad suficiente para poder descifrar sus designios y vez de confiar en las obras hechas por manos humanas, nos anonademos ante su fuerza Espiritual que lo renueva todo y que le da un nuevo sentido a esta vida terrena.
Señor y Dios nuestro danos esperanza y amor suficiente para no dejarnos dominar por miedo alguno, ya que Tu eres más grande nuestras amenazas y nuestras debilidades, y nos quieres renovar en la base de nuestro ser. Amen.