EVANGELIO DEL DÍA MIERCOLES 17 DE ENERO DEL 2018

             

       Marcos 3, 1-6: “En aquel tiempo entró Jesús en la sinagoga y se encontró con un hombre que tenía la mano paralizada. Pero algunos estaban observando para ver si lo sanaba Jesús en día sábado. Con esto tendrían motivo para acusarlo. Jesús dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Ponte de pie y colócate aquí en medio.», Después les preguntó: «¿Qué nos permite la Ley hacer en día sábado? ¿Hacer el bien o hacer daño? ¿Salvar una vida o matar?» Pero ellos se quedaron callados. Entonces Jesús paseó sobre ellos su mirada, enojado y muy apenado por su ceguera, y dijo al hombre: «Extiende la mano.» El paralítico la extendió y su mano quedó sana. En cuanto a los fariseos, apenas salieron, fueron a juntarse con los partidarios de Herodes, buscando con ellos la forma de eliminar a Jesús”.

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

 El santoral del día nos presenta entre otros santos la fiesta en honor a San Antonio Abad. Le correspondió vivir entre los años 251 al 356 d.C. por lo que vivió 105 años en la parte céntrica de Egipto. De extraordinaria fama por sus milagros y consejos. Es el padre de los Cenobitas y del Monacato Oriental.

Y la liturgia de hoy nos presenta al Evangelio de Jesús, según San Marcos capítulo 1, versos del 29 al 39, donde se relata la sanación de un paralítico en una sinagoga por parte de JESÚS, acción que se desarrolla en un día sábado y por la cual es criticado duramente por los fariseos. Aquí la primera preocupación de Marcos no es el milagro que Jesús realiza, curando al hombre que tiene la mano paralizada. Más quiere poner de relieve la actitud de Jesús respecto del sábado. Este hecho comprueba la palabra que Jesús dijo recién en el capítulo 2,27. Según los fariseos estaba permitido faltar al descanso sabático para salvar a alguien de un peligro de muerte. Jesús va a ampliar esta regla; para Él no hacer el bien es hacer el mal, y no sanar es matar.

No solo la acción es origen del mal. También la omisión y la permisividad son originarias del mal. JESÚS, reta a sus adversarios con un dilema ético: salvar o destruir. Sus adversarios callan y su silencio los convierte en cómplices de un sistema, que aunque en su origen fue ideado para liberar, ahora es usado para oprimir a los más débiles.

Los fariseos se callaron; sabían que Jesús tenía razón, pero su orgullo de maestros de religión les impedía reconocerlo. Su acuerdo con los Herodianos, que eran sus enemigos, lo confirma. En Galilea no se podía condenar a nadie sin permiso de Herodes; necesitaban pues el apoyo de los partidarios del rey. Marcos hace hincapié aquí en la mala fe, nacida del orgullo, que vuelve al hombre ciego ante el llamado de Dios a que se transforme interiormente. Es más fácil unirse entre adversarios para silenciar al que denuncia una injusticia o proclama una verdad que les molesta a todos ellos, que aceptar con humildad lo equivocado de sus creencias.

El sábado o día de reposo, es en su origen un rotundo gesto de libertad y de gracia. Una vez cada siete todos, tienen oportunidad de descansar de las arduas labores y pueden rendir culto a Dios que con su mano los ha liberado. Incluso el esclavo que vive sujetado de pie y mano, puede verse libre de sus cargas. Pero la interpretación errónea lo convierte en una carga insoportable. ¿Cómo pudo ese día de gracia convertirse en un día de dolor y vergüenza?

También nosotros podemos convertir oportunidades de gracia y de encuentros familiares y eclesiales en cargas molestas e inaguantables para todos los que nos rodean. Tenemos los medios para recibir la salvación, pero nuestros hábitos de consumo nos pueden volver esclavos del ocio y del vicio. Y frente a tanta angustia que nos rodea podemos convertirnos en indiferentes que solo piensan en su propia sobrevivencia y no en la necesidad del otro, sin reparar que mañana podemos ser nosotros los que necesitemos del otro.

Señor Jesús, ayúdanos a vencer todas las barreras que nos impidan hacer el bien, aun aquellas que parezcan muy éticas. No nos permitas callar frente a la injusticia y ayúdanos a no ser cómplices de un sistema, que aunque en su origen fue ideado para garantizar el bienestar colectivo, ahora es usado para oprimir y cercenar los derechos ciudadanos.  Amen.