EVANGELIO DEL DÍA MIERCOLES 29 DE MAYO DEL 2019

 

Juan 16,12-15: “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

  Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

La Iglesia universal, celebra hoy, la fiesta entre otros santos en honor a San Bonifacio,nació hacia el año 680, en el territorio de Wessex (Inglaterra). Su verdadero nombre era Winfrido. Ordenado sacerdote, en el año 716. En el año 718 viajó a Roma para solicitar del papa Gregorio II autorización de misionar en el continente. El Sumo Pontífice lo escuchó complacido y, en el momento de otorgarle la bendición, le dijo: «Soldado de Cristo, te llamarás Bonifacio». Este nombre significa «bienhechor». Murió martirizado el 5 de junio del año 754.Es el apóstol de  Alemania y el patriarca de los católicos de ese país.

Y la liturgia del día nos presenta el Evangelio de Jesucristo, según San Juan, capítulo16, verso12 al verso15, en el que JESÚS lesreitera el envío del Espíritu Santo a los Apóstoles. Einsiste en que será el Espíritu Santo quien lleve a los discípulos a descubrir todo el alcance de lo que les ha enseñado. No aportará revelaciones nuevas, sino que llevará a los discípulos a descubrir en profundidad todo lo que JESÚS ha querido decir. El Espíritu Santo que mantiene unida a la comunidad le da también la fuerza y sabiduría para enfrentar las injusticias del mundo y los fracasos.

JESÚS es consciente de que se acerca el final de su vida terrena y no hay tiempo para esperar en lo que respecta a la capacitación de sus amigos más cercanos, para el momento de su partida física, y prevé la solución con el envío del Espíritu Santo, al que denomina como el “Espíritu de la Verdad”, y en cuyas manos quedará la responsabilidad de conducirlos hasta la verdad plena de su ministerio que es su vida misma.

El Espíritu por su naturaleza, está libre de los condicionamientos a los que estaba sujeto JESÚS, por su humanidad, de allí que Él si puede llevar a término la obra iniciada por el HIJO, en cualquier tiempo y lugar. De esta manera da cuerpo y fundamento a la Iglesia, que no es solo obra de JESÚS,sino también obra del Espíritu Santo, que la conduce e ilumina para que sea signo e instrumento de salvación en época de la historia de la humanidad.

Al confrontarnos con el texto, podemos entender de una mejor manera la misión extraordinaria que tiene la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Ya que el Espíritu Santo, es la memoria viva de JESÚS en la comunidad cristiana, Él conduce a cada miembro y por ende a toda la Iglesia a la Verdad completa, no porque aporte revelaciones nuevas, sino porque nos ayuda a comprender y a profundizar la Palabra de JESÚS, a la luz de las nuevas circunstancias y retos de la historia

Para entender esto necesariamente tenemos que abrir nuestro corazón y fortalecer nuestra fe. Ya que la fe es un proceso que requiere tiempo para su madurez. Esto no sería posible sin la acción del Espíritu Santo, quien tiene el encargo de develar en el tiempo la obra de Dios iniciada por el HIJO, en sintonía y en continuidad con Él. Y es que la comprensión del misterio de JESÚS, como el enviado del PADRE, para la transformación del mundo, pasa necesariamente por la recepción y la acción del Espíritu Santo, sin cuya mediación sería imposible dicha comprensión.

Por eso hoy es el día para preguntarnos: ¿Creo realmente que el Espíritu Santo es el continuador se la obra iniciada por JESÚS? ¿De qué manera permito la presencia del Espíritu Santo en mi vida personal y comunitaria?¿Es realmente el Espíritu Santo, el gran protagonista de mi vida personal y comunitaria?

Señor JESÚS, envía a Tú Iglesia el Espíritu de la Verdad, que la guíe e ilumine, para que se renueve continuamente y sea siempre signo de salvación en el mundo. Amén.