EVANGELIO DEL DÍA VIERNES 17 DE NOVIEMBRE DEL 2017

Lucas 17, 26-37: “En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: en los días del Hijo del Hombre sucederá lo mismo que en tiempos de Noé: la gente comía, bebía, y se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca y vino el diluvio que los hizo perecer a todos. Ocurrirá lo mismo que en tiempos de Lot: la gente comía y bebía, compraba y vendía, plantaba y edificaba. Pero el día que salió Lot de Sodoma, cayó desde el cielo una lluvia de fuego y azufre que los mató a todos. Lo mismo sucederá el día en que se manifieste el Hijo del Hombre. Aquel día, el que esté en la terraza, que no baje a buscar sus cosas al interior de la casa; y el que esté en el campo, que no se vuelva atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. El que intente guardar su vida la perderá, pero el que la entregue, la hará nacer a nueva vida. Yo les declaro que aquella noche, de dos personas que estén durmiendo en una misma cama, una será llevada y la otra dejada; dos mujeres estarán moliendo juntas, pero una será llevada y la otra dejada.» Entonces preguntaron a Jesús: « ¿Dónde sucederá eso, Señor?» Y él respondió: «Donde esté el cuerpo, allí se juntarán los buitres.»

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

La Iglesia Universal celebra hoy, entre otros Santos, la fiesta en honor a  los Santos Roque, Alfonso y Juan, sacerdotes jesuitas mártires de las famosas misiones del Paraguay.

Y en una lectura continuada la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio según San Lucas, capítulo 17, versos 26 al 37. En el que evangelista relata uno de sus dos discursos apocalíptico, sobre los últimos tiempos, comparándolos con los días antes del diluvio en que Noé entro al Arca y el tiempo de Lot, con la destrucción de Sodoma. Es compresible el deseo de los discípulos de asistir a la manifestación de gloria del Hijo del Hombre, porque los discípulos sufrirán las calamidades propias de los últimos tiempos. Jesús los invita a vivir cada día preparado y no ser como la gente que vivió en los tiempos de Noé y de Lot, que era ciega y no percibía el cataclismo inminente.

Al confrontar este texto con nuestras vidas, podemos inferir, que si algo quiere trasmitirnos Lucas, con estas dos historias, no es la intervención terrorífica de Dios, con una serie de cataclismos cósmicos y severo juicio divino, sino capacitarnos para captar con lucidez las situaciones límites de la vida y resistir a la tentación de vivir despistados o apegados a nuestras zonas de confort. En el fondo viene a darse la paradoja de que si uno quiere salvarse confiando en sus propias fuerzas, lo perderá todo y en cambio quien sepa anonadarse ante los designios del creador, se garantiza el ingreso a la vida eterna.

Pidámosle al Señor Jesús, que nos de el discernimiento y la fortaleza, necesarios para entender que Él es la única opción que da seguridad para superar el carácter dramático que acompaña el destino de la vida humana, y podamos expresar a una sola voz: por favor Se Tu nuestro punto de referencia. Amen.