Mateo 10, 16-23: “En aquel tiempo, Jesús les dijo: “miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues, precavidos como la serpiente, pero sencillos como la paloma. ¡Cuídense de los hombres! A ustedes los arrastrarán ante sus consejos, y los azotarán en sus sinagogas. Ustedes incluso serán llevados ante gobernantes y reyes por causa mía, y tendrán que dar testimonio ante ellos y los pueblos paganos. Cuando sean arrestados, no se preocupen por lo que van a decir, ni cómo han de hablar. Llegado ese momento, se les comunicará lo que tengan que decir. Pues no serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en ustedes. Un hermano denunciará a su hermano para que lo maten, y el padre a su hijo, y los hijos se sublevará contra sus padres y los matarán. Ustedes serán odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, ése se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. En verdad les digo: no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
Continuando la lectura del capítulo 10 del evangelio de Mateo sobre el envío misionero, tenemos, hoy, en los versículos del 16 al 23, las advertencias sobre las adversidades y conflictos por los cuales los discípulos tenían que pasar, al confrontarse con los poderosos de este mundo.
Mateo nos narra las palabras de Jesús: “Sepan que os envío como ovejas entre lobos. Por esto, sed prudentes como las serpientes y simples como palomas… ustedes serán entregados al sanedrín y serán flagelados en las sinagogas… y, por causa mía serán conducidos a la presencia de gobernadores y de reyes, para dar testimonio frente a las naciones…”.
Y continúan las palabras de Jesús: “Y serán odiados por todos, por causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el final se salvará.”. En este su texto de orientación misionera, Mateo inserta algunos dichos de Jesús que están, incluidos en el discurso escatológico, sobre el fin de los tiempos, en el capítulo 24.
Los discípulos deben ser prudentes como las serpientes al confrontarse con los poderosos jefes del sanedrín y de las sinagogas, gobernadores, y reyes. No se trata de volverse violentos como ellos para derrocarlos, si no dar testimonio de fe, en la sencillez y en el amor.
Los poderosos reaccionan con diversas formas de violencia, tanto de frente como velada. La violencia velada es aquella que atenta contra la consciencia y la libertad de las personas, seduciéndolas y subyugándolas a través de la publicidad engañosa y de una ideología vehiculada por los medios de comunicación, en control de estos poderosos. La violencia ostensiva es la del asesinato, practicado contra aquellos que, preservando su libertad, siguen el camino de Jesús, en su ejemplo de anunciar la verdad y la liberación a los oprimidos y excluidos.
En este mundo globalizado se vive la paz social de la sumisión sin embargo, en las comunidades misioneras, son varias las experiencias de liberación, buscando la vida plena para todos.
El seguimiento de Jesús puede llevar a las diversas dificultades, pero en la alegría y la felicidad de la comunión con Dios se supera todo. Quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios permanece en él. Demos gracias a Dios, que nos ama, y nos comunica su Espíritu, que es luz y verdad, y nos da fuerza y alegría en este camino con Jesús. Amen.
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